¿Estamos en presencia de la serie que lo tiene todo?  La respuesta es un rotundo sí.

Daybreak llegó con una temática muy conocida: la supervivencia en un mundo post-apocalíptico. Pero lo que podría haber sido una ficción más del montón, se convirtió en una de las mejores experiencias del 2019.

La historia podría resumirse en la búsqueda de Josh Wheeler (Colin Ford) por su amada Samaira "Sam" Dean (Sophie Simnett) en una realidad donde “todos” los adultos han muerto o se han transformado en “zombies”.

Lo que distingue a la serie de las demás es la cantidad de recursos que emplea: constante ruptura de la cuarta pared, referencias a la cultura pop (hay un grupo que solo habla dothraki), momentos musicales, graficas que nos interpelan directamente, un cliffhanger hermoso, momentos Sitcom, y viajes en el tiempo través de recuerdos, etc.

Todo lo anterior no tendría sentido sin sus fantásticos personajes. Por un lado, tenemos a Josh, un don nadie antes de la catástrofe que ahora arriesga su vida en su búsqueda por Sam. A él se le suma Angelica Green (Alyvia Alyn Lind), Wesley Fists (Austin Crute), Ms. Crumble (Krysta Rodriguez) y Eli Cardashyan (Gregory Kasyan). La primera es un genio narcotraficante de 10 años que es tan inteligente como manipuladora y que solo busca una familia. Mientras que Wesley es un ex jugador de futbol americano convertido en samurái en busca de limpiar su conciencia.

En cuanto a Ms. Crumble, ella es la antigua maestra de los chicos que debería haberse transformado completamente en una ghouli (las criaturas que parecen zombies), pero por alguna razón aún mantiene parte de su conciencia. Y, por último, Eli es un egoísta enamorado de un maniquí que fue lo suficientemente inteligente como para sobrevivir en un shopping durante los últimos 6 meses del apocalipsis.  

Y, aunque existe una gran cantidad de grupos con características muy particulares como el compuesto por porritas que ahora son amazonas, los más importantes para la historia son dos: el de los deportistas y la no tribu de Michael Burr (Matthew Broderick). El primero es liderado por Turbo Jock (Cody Kearsley), el ex novio de Wesley que maneja su grupo a lo Mad Max y que quiere asesinar a Josh. Mientras que Michael es el ex director de escuela que tampoco se transformó del todo en un ghouli, pero ahora es un caníbal en busca de moldear el mundo a su imagen.

Por último, es momento de hablar de Sam. A lo largo de la temporada vamos conociéndola a través de los recuerdos de Josh, pero los recuerdos no siempre son de fiar. Antes del apocalipsis, ella era la persona más querida de la escuela y, extrañamente, aún continúa siéndolo. Pero lo que cambió fue su forma de percibirse y sus metas. Es un personaje con mucho potencial para ser un líder amigable o el próximo villano de la serie.  Lo que sí está claro es que su relación con Josh murió.        

 Otro punto que hay que destacar de la serie es su capacidad para ser tanto una comedia, aventura, una historia de amor y de terror al mismo tiempo.  Al mismo tiempo de la cantidad de mensajes que nos deja sobre la idealización de las personas, la concientización sobre las nuestras decisiones para el futuro del planeta, el feminismo y como los sentimientos reprimidos pueden afectar a las personas.

Por último, el vestuario y las locaciones son para aplaudir porque se centran en la identidad de cada uno de los grupos. La creatividad en la sencillez.

En conclusión, Daybreak es un viaje de ida. Una historia con giros por todos lados, personajes muy bien desarrollados y un potencial que estoy deseoso de poder conocer. Mezcla la ruptura de la cuarta pared con todos sus recursos de The Emperor's New Groove y el humor de Deadpool ¿Necesitas más razones para verla? Joe Manganiello aparece unos minutos.

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