La secuela del simpático oso con sombrero rojo llegará este jueves a los cines argentinos y Los Bastardos te contamos qué nos pareció la película.

El film nos vuele a centrar en el simpático Paddington (Ben Whishaw) que ya lleva un tiempo viviendo en Londres con la familia Brown y que, aunque se ha hecho de muchos amigos, extraña horrores a su tía adoptiva Lucy (Imelda Staunton). Por tal motivo, el protagonista comienza la búsqueda del regalo perfecto para el cumpleaños de la osa que lo rescató y crió cuando era un cachorro.

Sin dudas, el punto fuerte de esta entrega se encuentra en la familia y la amistad. No solo vemos a nuestro animal favorito buscar el obsequio más adecuado, sino que también nos dan un recorrido de todas las situaciones que debe superar para conseguir el dinero necesario, un esfuerzo que para Paddington es poco comparado con todo lo que le dio su tía.

Además, los Brown también son un eje importante que hay que considerar seriamente. Las transformaciones que experimentan Judy (Madeleine Harris) y Jonathan (Samuel Joslin) como parte de la adolescencia son funcionales a la trama al igual que la crisis de mediana edad que tiene como figura a Henry (Hugh Bonneville) y la perseverancia de Mary (Sally Hawkins).

A la hora de hablar de la amistad, el pequeño protagonista parece hacer amigos en cualquier lugar al que va. Desde sus vecinos, los comerciantes de la ciudad, un perro callejero, hasta los residentes de la prisión. Todos terminan bajo los encantos del oso que habla. 

En esta oportunidad, el villano está a cargo de Hugh Grant. El intérprete, conocido por su larga trayectoria en películas como Notting Hill, personifica a Phoenix Buchanan un ex actor famoso que trabaja actualmente como mascota de publicidades de una marca de comida para perros.

En cuanto a la construcción del personaje, Buchanan no solo es un narcisista que ansía volver a sus años de gloria, sino que presenta características correspondientes a un trastorno de identidad disociativo debido a que en varias ocasiones tiene conversaciones consigo mismo, pero con distintas perspectivas acerca de las acciones que toma, a tal punto que se presencian discusiones. Lo más interesante de esto es que cada personalidad está ligada a un disfraz y tiene una forma de actuar distinta.

En mi opinión, la película falla en ciertos aspectos. En primer lugar, los pequeños detalles en el sistema de justicia, ya sé que muchos dirán que hay un oso que habla y que ya es suficientemente “loca” como para tocar estos detalles, pero las sentencias exageradas por un delito y las mínimas por otro resultan absurdas. En segundo lugar, el “enemigo vecinal” de Paddington no suma nada al desarrollo de la trama, solo se queja e increpa al protagonista. Por último, el final es muy predecible a tal punto que hace que el conflicto del film sea una situación evitable completamente.

En conclusión, Paddington 2 es una comedia que nos habla sobre la inclusión, la amistad, la importancia de la familia, los buenos modales, la pertenencia y, sobre todo, el esfuerzo que uno hace por los que más quiere. Una película llena de risas, con mucha música y momentos hilarantes para disfrutar en familia. Y por favor, no se pierdan el musical, es una joya.

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